Menos sal, más salud
La evidencia ha demostrado que un consumo excesivo de sodio se asocia a
presión arterial elevada, principal factor de riesgo de enfermedades
cardiovasculares y cerebrovasculares.
Como la sal contiene sodio, es importante aprender a descender la sal de
la dieta. En líneas generales se considera que un contenido de
sal de:
- 0,3g/100 de sal o menos se considera “bajo”;
- de 0,3 a 1,5g/100 se
considera “medio”;
- y de más de 1,5g/100 se considera “alto”.
Aproximadamente la mitad de sal es sodio.
La OMS y la política impulsada en la Unión Europea consideran
prioritario descender paulatinamente el consumo de sal en la población
para alcanzar progresivamente las recomendaciones de 5g persona/día.
En líneas generales los fiambres, embutidos, encurtidos, y los
saborizantes como el caldo en cubitos suelen tener mucha sal. Otros
alimentos con frecuencia “más salados” son los enlatados, procesados y
precocinados.
Algunos alimentos, a pesar del sabor “dulce” pueden contener mucho
sodio como los cereales de desayuno, el kétchup, la bollería y el pan
industrial o algunas golosinas.
(Fuente: Consellería de Sanidade, Xunta de Galicia)
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